jueves, 1 de noviembre de 2012

Todo va a salir bien


Según el libro Una mochila para el universo de Elsa Punset, nuestro cerebro está programado para pensar en negativo. Antes de haber leído esta afirmación, ya me había dado cuenta de que, al menos yo, era demasiado pesimista y que eso no me traía ningún bien; por lo tanto decidí intentar cambiar y tomarme las cosas de una manera más positiva, y es por eso que en mi habitación tengo escrita (bien grande y en un color llamativo) la frase "Todo va a salir bien".

El libro de Elsa, que me estoy leyendo en este momento, habla sobre las emociones y cómo gestionarlas. Puede parecer un libro de los que catalogan de "autoayuda" aunque a mí no me gusta esa palabra, para mí todos los libros son de autoayuda, pues de todos se puede sacar algo provechoso. La verdad es que creo que muchas cosas de las que se explican en el libro, a parte de ser curiosas, deberían ser enseñadas en la escuela y comparto la opinión de Elsa de que en un futuro la humanidad se verá obligada a encontrar remedio a las enfermedades mentales y desde su raíz, es decir queriendo evitar que florezcan, igual que se ha hecho y se está haciendo ahora con las físicas.

Pues bien, el libro me está haciendo reflexionar sobre varios temas y emociones hasta que llegué al concepto "fe". La fe es compleja y muy curiosa. Dota al ser humano de una creencia que no se basa en hechos científicos pero que uno se lo cree como si le fuera la vida en ello. Y es que reflexionando sobre la fe, he llegado a una conclusión: La gente se aferra a la fe para aferrarse a una manera de ver las cosas más positiva.

Antes veía la fe como un sinónimo de ignorancia. Y es que me imaginaba la fe como el antónimo de la ciencia. Parece que si crees en una cosa no puedes creer en la otra, pero no tiene porqué. Mirad sino al gran Einstein. Considerado uno de los más célebres científicos, él hizo uno de los errores más populares de la historia debido a su gran fe y creencia en Dios. Y es que se puede creer en ambas cosas, pero lo más popular es que te decidas por uno de los dos caminos, pues pronto te das cuenta de que se contradicen en varios temas.

Y es que la religión no ha hecho tanto mal como parece. Y cuidado con esta afirmación que hago, ni estoy queriendo defender a la religión ni instituciones ni estoy afirmando que no se hayan hecho cosas mal. Hablando con una tía que tengo que es monja, acabamos dándonos cuenta que las bases de la sociedad las ha asentado en gran parte la religión: escuelas, hospitales, residencias para la tercera edad, ONG... Cuando había un agujero en la sociedad, la religión se encargaba de taparlo hasta que por sentido común lo tomaba y gestionaba el Gobierno u otras administraciones.

Pero no me refiero a los avances sociales sino a los personales. Las personas si tenemos un PORQUÉ (un motivo o una meta) en la vida, somos capaces de hacer lo que haga falta y más. Seguramente cada uno de nosotros podríamos encontrar un ejemplo de ello: Sigo tal tradición porque mantengo vivo el recuerdo de tal persona, por ejemplo.

Fui a una conferencia del proyecto MMB que trajo a Javier Iriondo a Barcelona y en ella él explicaba "Nos mueven las emociones, no la lógica". Y es que a veces, algunos hechos no tienen una explicación científica, son así por otras razones: nos mueve el amor (como afirma Elsa en su libro la parte emocional del cerebro toma las decisiones una fracción de segundo antes de que lo haga la parte racional del mismo). Ponía el ejemplo de la historia de los Hoyt.

Así, pensando en un familiar mío que vivió las tres guerras (La I y II Guerras Mundiales y la Guerra Civil Española) y muchas otras tristezas y dificultades en su vida, me pregunté: ¿Cómo fue capaz de vivir tantos años y con tanta alegría? Jamás he conocido alguien con una alegría tan pura como la suya. Pronto encontré la respuesta: La fe. Era una devota creyente. Y es que su enorme fe le daba esperanza y era la que le hacía creer que todo es posible.

En resumen, sea por la vía que sea hemos de encontrar un motivo o una meta que saque todo el jugo a nuestro potencial, que nos haga creer que podemos conseguir cualquier cosa que nos propongamos, que nos haga soñar y luego actuar, que ahuyente el miedo al fracaso y que consiga hacernos creer que TODO VA A SALIR BIEN.


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